Mi vida

Ironía parcial de todas mis calles vividas.

En esta calle viví desde los siete hasta los quince años. Después volví muchas veces, de manera intermitente.
Más tarde, otra calle me acogió y quedaron almacenados los recuerdos, los buenos recuerdos porque los malos, por suerte, se difuminaron en esa bruma que en todas las mentes habita, confusa y silenciosa.

Mi perro Rastras. Mis gatos, Medusa y Cristal, los gigueros, tres palomas y un limonero. Mi madre. Mis hermanos. Mis amigos. Mis amores no declarados. Mis apuntes y, como no, la música. Triana, Alameda, Victor Manuel y los Chichos.
YO.
Tantas veces recorrí, esa calle, en ambos sentidos, tantas veces me detuve para terminar una conversación que nunca quise que acabara, tantas veces soñé volver siendo la que fuí, con mis flores en el pelo y mi música privada, y, sin embargo, nunca la eché totalmente de menos porque vinieron otras calles y todas ellas me dejaron una huella indeleble en la memoria. Calles que me vieron crecer en el fondo y en la forma. Calles soleadas, repletas de luz y de risa. Calles sombrías, con la desesperanza pisándome los talones. Calles que me arrancaron suspiros y calles que me regalaron besos. Calles con olor a azahar, calles de pájaros dormidos y calles alfombradas de arena. Calles que me sirvieron de espejo.
Mis calles y yo.

PD: La evolución de mis pasos sobre el asfalto.

Mi evolución.

Mi silencio y yo.

@Inverba_Loca

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Comments (

1

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  1. Juan Antonio González

    Felicidades por su texto.

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